Los talleres de la Fundación nacen como la esencia misma que materializa la filosofía y las búsquedas que cimientan la misma organización; quiere esto decir que, precisamente, el nacimiento de El Hormi se da a través de los talleres artísticos. En este sentido, los procesos formativos que se han gestado desde los talleres han integrado diversas disciplinas artísticas a lo largo del recorrido, tales como artes plásticas, música, danza, teatro, entre otras.

Los procesos formativos de la Fundación, han sido una de las arterias más importantes de todo el proceso, puesto que establecen una conexión y cercanía directas con la comunidad, y permiten gestar formas alternativas de pensamiento para la transformación social. A lo largo de los años, los procesos artísticos se han enfocado en el trabajo con niños, niñas y jóvenes de la comunidad, y se han logrado integrar a la población adulta en procesos que se acercan más a sus intereses.

En ese sentido, los procesos formativos de El Hormi, se conciben desde principios como la educación popular, la pedagogía del ser y la emancipación, caminos que se trazan habitando el arte como un puente o una herramienta que permite una navegación por la sensibilidad, la experiencia, la conciencia crítica y la participación activa en la transformación del propio entorno.

El equipo de procesos formativos está integrado por un grupo de voluntarios que se piensan la educación en espacios populares y, así mismo, está integrado por talleristas voluntarios que disponen al servicio del otro sus propios conocimientos; muchos de estos talleristas empiezan sus procesos de manera empírica y con toda la voluntad de aprender, por lo que se creó el proceso de Formación a Formadores, desde el cual se buscan fortalecer conjuntamente las herramientas para el trabajo educativo con la comunidad.